Qué le pasa al cerebro que no podés controlar las reacciones impulsivas

Frente al aluvión de información y estímulos externos, el órgano reacciona con estrés y miedo; claves para lograr que la corteza prefrontal, responsable del razonamiento, se imponga sobre las emociones
Podría hablarse de una permanente lucha interna entre el sistema límbico, asociado a las emociones, y la corteza prefrontal, vinculada con la razón.
Dada la cantidad de estímulos que se reciben a diario, el cerebro está constantemente “prendiendo y apagando luces”. Así, frente al gran caudal de información que se recibe y para el cual el cerebro no está preparado, aparecen respuestas de estrés, miedo y otras emociones similares que ponen de manifiesto el “desajuste evolutivo” que vive este órgano esencial.
Jackie Delger, neuropsicoeducadora y autora de Catadores de emociones, afirma que con tal de poder incorporar todos los estímulos, el cerebro no llega a procesar la realidad como algo placentero y, por ende, aparece el sufrimiento o la angustia por no poder integrar toda la información que le llueve.
Sin embargo, con conocimiento y constancia, según sus palabras, “es posible aprender a ser consciente de la gran capacidad que todos tienen para volverse protagonistas y tomar las riendas de la realidad”.
Ella sintetiza la problemática excepcionalmente: “Todos tienen una Ferrari estacionada en su casa y lista para usar, solo que desconocen cómo manejarla”.
En retrospectiva
Desde el movimiento de los dedos hasta la frecuencia cardíaca, el cerebro administra casi todo. Por eso se lo puede asimilar con un centro de cómputos que monitorea constantemente a una persona y que, cuya manera de funcionar juega un papel crucial en la forma en que uno ejecuta acciones y procesa emociones y pensamientos.
“Nuestro cerebro es el mismo que el de nuestros padres y abuelos, no evolucionamos hacia algo distinto; lo que sí sucede es que utilizamos más otras áreas que ellos quizá no tenían en cuenta”, dice respecto de la ‘catarata de estímulos’ que generan los avances tecnológicos y las responsabilidades sociales.
Según cuenta el médico los primeros seres humanos ya tenían desarrollado el sistema límbico y el lóbulo frontal, pero ellos lo utilizaban para ir a cazar o pegar un salto entre dos rocas y evitar caerse. “Hoy esa planificación la utilizamos para otra cosa, tenemos muchos más estímulos del circuito de placer porque tenemos todo a mano. Nuestro sistema límbico no se activa porque nos está corriendo un león, sino que se enciende porque nos estamos perdiendo un posteo en las redes sociales”
Lo que antes era una tarea compleja, hoy ya no lo es más. “Estamos conectados a través de plataformas como Instagram y TikTok que proponen contenido que el algoritmo sabe que a uno le gusta, es decir, que genera activación del circuito de recompensa en el cerebro”
Constante aprendizaje
Así, la mente se acostumbra a recibir un “bombardeo” de estímulos placenteros que generan, en palabras del doctor, el fear of missing out (FOMO) que es el miedo de estar perdiéndose algo que uno no sabe si existe, pero que está seguro que se está perdiendo. “Todo eso es un circuito que favorece los trastornos de la esfera emocional como la ansiedad, depresión, insomnioe hiperactivación”
El Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso de México comunica que la alteración y el desequilibrio del sistema límbico está relacionado con las causas de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer y la de Pick; además de ansiedad, epilepsia, trastornos afectivos, autismo y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
“Cuando empezamos a preocuparnos y a exagerar (o distorsionar la realidad) los recuerdos aparecen como una fotocopia, es decir, cada vez que se desea retomar un recuerdo original el cerebro hace copias, entonces las últimas versiones son totalmente diferentes a la original”
En consecuencia, los cientos de estímulos que uno desea convertir en recuerdos para rememorar en un futuro agobian al cerebro. “Hace lo que puede con los millones de caudales de información que obtiene de una realidad que es cada vez más dura, más competitiva y más tecnológica”
Aparte de la deformación natural de los recuerdos, la vorágine de información hace que uno comience a dudar de su memoria y aparecen los “tal vez esto no fue así” junto con los posibles escenarios alternativos que desencadenan en estrés. “Esto es generado directamente por las dendritas –prolongación ramificada de una célula nerviosa, mediante la que recibe estímulos externos– a las que se les hace caminar a un paso para el que no tienen la capacidad. Por eso me siento inseguro, angustiado, estresado y el cerebro lo transcribe en displacer y angustia”
Herramientas que propician al equilibrio interno
Diversas actividades que ayudan a desarrollar el lóbulo frontal, despertar el cerebro y situarse en el aquí y ahora.
Meditación y mindfulness
El doctor Fernández Castaño afirma que hay que reestructurar el cerebro para estar más en el aquí y en el ahora y no en lo que quizás uno se está perdiendo o lo que puede llegar a suceder. Para eso, sugiere iniciarse en la práctica de la meditacióny del mindfulness; “son dos técnicas de anclaje al presente que se sabe que son efectivas y que reestructuran los circuitos neuronales para disminuir el estrés”
Actividad física
En una investigación realizada por la Universidad de Columbia Británica, descubrieron que el ejercicio aeróbico regular, que hace latir el corazón, y las glándulas sudoríparas, aumenta el tamaño del hipocampo –el área del cerebro involucrada en la memoria verbal y el aprendizaje–. Por ende, el ejercicio ayuda a desarrollar el lóbulo frontal y a mejorar el estado de ánimo, el sueño y reducir el estrés y la ansiedad.
Ejercicios de respiración
La respiración colabora con la correcta oxigenación del cuerpo y, por ende, con la energía y el estado de ánimo. “Un método simple es concentrarse en el aire que entra y sale por la nariz, mientras se hace un conteo ascendente del 1 al 10 y del 10 al 1″, aconseja Delger. El desafío de la práctica radica en ser honesto: cada vez que aparezca un pensamiento intrusivo, se vuelve a comenzar.
Clasificar tareas y premiarse
“Es recomendable hacer una clasificación de las tareas que tengo que realizar y empezar por la que más me cuesta. Ya que tengo la carga cerebral a full, cuando termine, puede que sienta baja energía o agotamiento; entonces vamos a darle al cerebro un descanso con una músicaplacentera, bailando o saliendo a caminar un par de cuadras”
Conectar con el aburrimiento
Los especialistas consultados mencionan como esencial abrazar el aburrimiento ya que este estado tiene la capacidad de despertar al cerebro y potenciar su creatividad. Por su parte, Delger enfatiza en que hoy uno de los grandes peligros con los niños es que están sobreestimulados y nunca se aburren, lo que decanta en ansiedad por la incapacidad de estar sin hacer nada o de conformarse con un juego básico.
Biomagnetismo
Otra alternativa es el biomagnetismo. “Se busca un equilibrio magnético en la parte parietal para ayudar a la persona a que transite y pueda integrar lo que ocurre en su mente”, señala Farah. Según explica, el cerebro se ablanda dado que si uno se mantiene rígido y tenso, su cerebro actúa de igual forma y las dendritas empiezan a chocar, por lo que no se puede crecer o mejor dicho… evolucionar.
Fuente: La Nacion – Bienestar